Historias de una guardia octubre 26, 2007
Posted by Marta in La vida misma.trackback
A horas poco decentes, apareció en el hospital un tipo con un corte profundo en el brazo y la herida, llena de cristales: después de discutir con su novia, iracundo, había golpeado una ventana hasta romperla.
La doctora se esmeró en sacarle uno a uno todos los vidrios: sólo podría coserle cuando no quedara ninguno dentro. Él lloraba de dolor y repetía “soy un idiota, soy un idiota”; ella lo afirmaba interiormente y se afanaba en su tarea, con cuidado de no hacerle daño. Movimientos lentos con pulso firme.
Pidió al radiólogo que le hiciera varias placas para comprobar que no quedaban fragmentos y cuando la herida estuvo limpia, los puntos de sutura. Nuevamente, con delicadeza: para que no le doliera demasiado, para que la cicatriz no se notara mucho.
El hombre -33 abriles- vio que el siete quedaba más o menos remendado y que el dolor había ido remitiendo entre el calmante y el cosido. Entonces, se puso canchero:
– Y si te los traigo ¿me zurcirías también los calcetines?
Lástima que no le diera las puntadas en los morros.
jajajaja. Seguro que se río!!! no? yo creo que me hubiera reido… bueno, depende de que tal haya ido la noche… que dificil ser buen médico!!!
pienso…
Tengo que hacer una confesión. Tuve que ir a la RAE para ver que significa lo de las puntadas en los morros. Pues chica, que está muy bueno. Me sacas una sonrisa.
Simpática historia, jeje, aunque puede joder mucho el comentario del paciente si se está muy cargada de trabajo, hay que saber en qué situaciones hacer el comentario. Pero por lo demás, es bueno sacar así una sonrisa de un comentario gracioso.
Jaja. Qué admiración hacia los doctores y los enfermeros.
A mi no me gusta el tipo este. O sea que supuestamente le dolía tanto lo de su chica que se lía a mamporros con una pared-ventana-o lo que sea, y a continuación se arrepiente y se siente idiota, pero pasado un rato intenta ligar con la enfermera.
Vamos, una cara.
-> A mí tampoco me gustó, FutBlo: nadadenada. La doctora es amiga mía y cuando me lo contó estaba realmente enfadada…
-> Efectivamente, Am: en ocasiones, los pacientes somos francamente difíciles de soportar.
-> Eso es, Fernando: uno puede reírse a posteriori y leído en 3ª persona pero en la tensión del curro, entre mil pacientes y a las 4 de la mañana… Es mala educación, no ingenioso.
-> ¡¡Jaja, Mariana!! Últimamente no hago más que liarte con palabros y palabrejas… Sorry!!
-> Piensas… ¡¡Eso no lo dudo, Ricardo!!
-> No, María: ella no se rió (¡¡yo sí, lo confieso!! ;) pero puedo ponerme perfectamente en su lugar y comprender el cabreo supino que se agarró).
Sí, vaya pieza. Eso se merece: un buen cosido, con dos o tres pespuntes profundos. Lo malo es que un día de estos lo pague no con la pared si no con alguien.
Por cierto, Marta, esta noche voy a un concierto de Van Morrison. No lo digo para darte envidia, ¡eh! Simplemente porque imagino que te gusta, por esa buena cultura musical que te has heredado de tu papi.
Canción: Dejame algo. (No creo que la canten, pero siempre fue una de mis preferidas)
Tengo estropeado el coco
Déjame el tuyo!
Tengo la chaqueta destrozada
y agujeros en el pantalón
Pero salto, y me río, juego a todo…
En mi barrio no me quieren,
me voy al tuyo ..
Llevo mis terribles cuentos para ti, ti-tiriti…
Y si quieres encontrarme, date prisa!!
Estaré contigo, en cualquier rincón, cantando para para ti
si quieres reírte te puedes reír
aunque sea de mí
Tengo el corazón doblado, …
déjame el tuyo
quiero ser sincero
pero cuando hablo no consigo decir la verdad
Estaré contigo en cualquier rincón
cantando para, para ti
si quieres reírte te puedes reír
aunque sea de mí
Déjame algo
Déjame déjame déjame algo
Déjame algo
Sí, yo me imagino perfectamente al tipo, los he visto así en mi trabajo y son de bofetada y media, inoportunos hasta la náusea.
Cuanto cafre hay suelto…
jajjaja Pues sí, una pena, hay mucho gracioso por la vida.
Hey, lo hubiera golpeado, pero creo qeu antes me hubiera dado mucha risa.
:P
Saludos