Apenas cinco septiembre 25, 2008
Posted by Marta in Bilbao.trackback
Creo que lo realmente bueno de trabajar en ese lugar dos mañanas por semana son los escasos cinco minutos de Gran Vía desierta para mí: apenas cinco, sólo mía. Y sin embargo, algo tan breve e insignificante, puede compensar las cinco horas siguientes, las que se desatan sin piedad al cruzar el portal de esa oficina.
Los tilos que flanquean la calle de extremo a extremo todavía conservan las hojas verdes, salpicadas las copas de algunas motas amarillas. Pronto, las ramas empezarán a desnudarse -primero, perezosamente; con descaro, después- y dejarán el suelo alfombrado de ocres y marrones, toda una suerte de riesgos resbaladizos para las mañanas húmedas y los días lluviosos.
Y yo seguiré desayunando esos cinco minutos tan escuetos, dos mañanas por semana, viendo al otoño acampar con los castañeros en las esquinas; al invierno asomarse y envolvernos mientras nos envolvemos en los abrigos y en las bufandas. Y a la primavera después, pero eso será más tarde.
La quietud en las aceras, el viento madrugador, el eco del reloj del Banco de España y el sonsonete del vendedor de lotería, que ofrece azar y fortuna a unos pocos viandantes, se quedan en la calle y se vuelven lejanos al cerrarse, tras de mí, la puerta y el ascensor. Otra mañana que, unos momentos antes de empezar, ya ha merecido la pena.
Lo malo del otoño es que al levantarse todavía es de noche.
Encantadora, una mañana encantadora.
;-)
y… ya casi es viernes!!! qué ganas!!!
Son cinco minutos que valen por todo un día. Genial que los tengas.
Pues sí tienen que ser intensos esos cinco minutos, para que compensen cinco horas de encierro… Aunque la verdad es que, viéndote hablar de París, me creo que vivas esos cinco minutos como nadie más en esta vida. ¡Qué envidia!
Esperaba la foto, aunque en realidad no hace ni falta.
Son cinco minutos… la vida es eteeeeeerna en cinco minutos…
Y a ti, como a los tilos, te hacen florecer.
Tilos, como en Berlín. Mmm
Acabo de tocar el otoño de tu rincón.
¡Muchas gracias, Marta!
Bilbao y sus cinco minutos de fama…
=P
Precioso, Marta.
Cómo haces para sacarme de mi cuarto sin que yo me de cuenta? =)