Con billete de vuelta abril 9, 2010
Posted by Marta in Huidas, escapadas y otras cobardías, Letras con nombre propio.trackback
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“Ha averiguado el nombre que le ha correspondido
y se define ausente, exiliada del sueño,
emigrante, perpleja, desgajada,
sin billete de vuelta.
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Se declara sin fuerzas
y pide con vergüenza un poco de ternura.
Que le devuelvan, por favor, el mar”.
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¡Mi abuelo aún tiene un (una) burro (burra)! Una vez fui un John Wayne en miniatura, o quizá un Sancho Panza, ya no lo recuerdo… Bonito texto, ¡muy bonito! (tendrías que escribir sobre La Alberca ;)
dos días seguidos con entrada…
Ay que mi querida Marta va a volver a ser regular en sus publicaciones…
Me encantó el texto
– Más quisiera, Futblo. Pero de veras que se intenta ;) Y ¡gracias!
– Para eso, primero tendría que ir a conocerlo o… como mínimo, ver unas fotos que un día me prometieron y aún no sé dónde están, tururúúú :P
Creo que lo de Sancho Panza es más… “castizo” pero Chema, la verdad, así entre nos, lo que de verdad mola es John Wayne ;)
No, si al final nos va a gustar el agua hasta a los escépticos. El agua salada, digo, que sólo me falt ganarme la fama de jipipulgoso… Nos malacostumbras, como apunta FutBlo, y luego andamos por aquí esperando tu lluvia de letras como agua de mayo.
Preciosa boda con la naturaleza.
Las autoridades sanitarias recomiendan encarecidamente bañarse en el Cantábrico: despeja la mente y despierta los sentidos ;)
Un texto muy bonito.
Bañarse en el Cantábrico es equiparable a bañarse en el Estrecho, el frío congela las neuronas y las mantiene jovenes