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La niña globo octubre 31, 2007

Posted by Marta in Saco sin fondo.
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La niña globo

    

La niña globo lee un cuento para niños -“La famosa invasión de Sicilia por los osos”-: no podía ser de otra manera. Y utiliza, a modo de marca-páginas, un dibujo automático sin pretensiones: lo trazó un artista sobre una servilleta, en un instante, sin mirar al papel siquiera. 

La niña globo es de naturaleza peleona, de difícil rendición; por eso, aunque ha tenido miedo, hoy se siente un poco más libre.

Se marcha lejos unos días; «para descansar», dice pero en realidad, quiere escapar un poco -de sí misma-. Así, a la vuelta y despejada, podrá poner los pies con firmeza sobre el suelo. Sí, ése sobre el que se tambalea a menudo con las sacudidas de la rutina.

Ya cuenta con ello: nadie dijo que vivir fuera fácil; sólo se trata de la más apasionante de las aventuras. Y como en cualquier aventura, hay riesgo, apuestas y renuncias; batallas que se pierden y otras que se ganan; momentos -duros- dolorosos y grandes -hermosos- momentos.

La niña globo te echa de menos, incluso antes de despedirse. Porque detesta decir adiós. Porque le haces reír. Porque le cuidas y le muestras que todo va a salir bien, bien bien.

Ya octubre 30, 2007

Posted by Marta in Bilbao.
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Ya se ha instalado el frío, el que cala bien hondo a pesar de los abrigos y se cuela insolente por entre los pliegues de la bufanda. La lluvia se vuelve una constante diaria; unas veces furiosa y otras serena pero siempre agua que cae del cielo. 

La hamaca de la terraza tiene sus días contados al aire libre pero intento estirarlos sólo por darme el gusto de salir a sentarme con un libro o a mirar al infinito. 

Ahora que las temperaturas bajan y que anochece pronto, me instalo en el balcón envuelta en la manta que trajo Iñaki de las Highlands escocesas. Gruesa, de lana rasposa y calentita.

Sin que nadie me vea, hago guardia en mi calle; dirijo la orquesta de coches que circulan, peatones que pasean y perros que ladran. Echo humo por la boca y oigo llover sin mojarme. Eso es un placer.

Para momentos difíciles octubre 27, 2007

Posted by Marta in Jukebox.
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Cuando las cosas pintan feas. Si la vida se pone cuesta arriba. En tiempo de dudas, de miedos, de agobio.

Una de las mejores terapias: reír sin control.  

  

Y después de eso; después de las copas, de las conversaciones hasta el amanecer, de la búsqueda de soluciones  y estrategias imposibles, con todo el sueño acumulado… mañana será otro día. 

  

Pero si ni por ésas el cielo amanece despejado ni las ideas madrugan claras, volver a reír e intentarlo todo de nuevo.

  

Quizá salga bien, tal vez pronto o no: siempre en el momento más inesperado.

  

Historias de una guardia octubre 26, 2007

Posted by Marta in La vida misma.
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A horas poco decentes, apareció en el hospital un tipo con un corte profundo en el brazo y la herida, llena de cristales: después de discutir con su novia, iracundo, había golpeado una ventana hasta romperla. 

La doctora se esmeró en sacarle uno a uno todos los vidrios: sólo podría coserle cuando no quedara ninguno dentro. Él lloraba de dolor  y repetía “soy un idiota, soy un idiota”; ella lo afirmaba interiormente y se afanaba en su tarea, con cuidado de no hacerle daño. Movimientos lentos con pulso firme.  

Pidió al radiólogo que le hiciera varias placas para comprobar que no quedaban fragmentos y cuando la herida estuvo limpia, los puntos de sutura. Nuevamente, con delicadeza: para que no le doliera demasiado, para que la cicatriz no se notara mucho. 

El hombre -33 abriles- vio que el siete quedaba más o menos remendado y que el dolor había ido remitiendo entre el calmante y el cosido. Entonces, se puso canchero: 

– Y si te los traigo ¿me zurcirías también los calcetines? 

Lástima que no le diera las puntadas en los morros.

  

Anestésicos preferidos octubre 24, 2007

Posted by Marta in Jukebox.
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Cada uno tiene los suyos. Ejemplos, miles: una noche de buen sueño tranquilo, una conversación pausada, unas cervezas entre amigos, un partido de fútbol, un paseo cerca del mar, patatas bravas y nachos con queso…

    

A veces, buscamos otros distintos, más efectivos quizá. Un puñetazo sobre la mesa, el amparo de un abrazo, un grito a pleno pulmón. Una oración. O varias.

  

Un botiquín de primeros auxilios debe contener anestésicos para:

– sobrevivir a los lunes

– soportar los días grises

– no sentir tanto las caídas

– aliviar el dolor

(- ser del Athletic)

  

Y también:

– tiritas para el corazón

– alguna venda para los ojos

– un espejo que refleje nuestro lado bueno y el malo, también

– tijeras para cortar lo que nos hace peores

– vitaminas para crecer siempre en lo que nos hace mejores

  

Y dosis de valentía -muchas-. De paciencia, de calma. De fuerza…

Y vacunas contra la cobardía -¡quiero!-, contra la gripe, contra el mal humor…

  

Y tantas cosas más… Aunque no sé a qué venía todo esto.

  

El mentón de Fogarty

  

Si les apetece un paseo improvisado por Bilbao, acompañen un rato a estos chicos.